miércoles, 14 de agosto de 2019

Extraño y macabro


El 14 de Agosto de 2005, en las afueras de Atenas, Grecia, tuvo lugar uno de los accidentes aéreos más extraños y macabros de la historia, ese día un Boeing 737 de Helios Airways voló 3 horas con todos sus pasajeros y tripulantes inconscientes hasta que se quedó sin combustible y se estrelló. Estando en el Aeropuerto Internacional de Lárnaca, en Chipre, el Boeing 737 de Helios Airways debió ser inspeccionado por una descompensación y fugas en la puerta trasera de la nave, para ello los mecánicos ingresaron en la cabina y pusieron el control de presurización en "MAN", manual, para realizar las pruebas. Terminadas estas y sin ninguna conclusión, habilitaron al avión para volar, la nueva tripulación que tomó la nave no notó la posición del comando en "MAN" y procedieron a despegar rumbo a Atenas con 6 tripulantes y 115 pasajeros a bordo, en su mayoría niños. Mientras ascendían, y ante la fuga de oxígeno, sonó una alarma de error en la configuración de despegue que los tripulantes no supieron identificar, por ello la apagaron perdiendo un tiempo vital. En el sector de los pasajeros se desplegaron las mascarillas de oxígeno pero este solo dura unos 12 minutos. Los tripulantes afectados por la falta de oxígeno se pusieron sus máscaras pero ya estaban afectados, aturdidos, no supieron como resolver la situación, que con solo descender la hubieran resuelto, pero se desmayaron y el vuelo continuó en piloto automático hacia Atenas. La falta de contacto con la nave hizo que el jefe de la fuerza aérea Griega enviara dos F16 Fighting Falcon para ver que sucedía. Los pilotos de combate se encontraron con una situación desesperante, por las ventanas del avión se veía a sus pasajeros aún con las máscaras pero desmayados, también divisaron al copiloto desvanecido y no había rastros del piloto quizás en el piso de la cabina. Al llegar a las afueras de Atenas, y al no haber respuesta manual de los tripulantes, el piloto automático hizo dar amplios giros al avión sobre su destino programado hasta que se quedó sin combustible y se estrelló en Grammatikó a 40 Km de Atenas. No hubo sobrevivientes aunque se cree que por el daño cerebral que supone la falta prolongada de oxígeno, todos los ocupantes del avión ya estaban muertos al estrellarse.

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